Parroquia de San Andrés Apóstol

Villanueva de los Infantes

Iglesia de San Andrés

Siglo XV-XVII

La iglesia Parroquial de San Andrés se comenzó a construir en 1498, sustituyendo a la antigua ermita de La Moraleja que se había hundido dos años antes, y se finalizó a finales del S.XVIII, es un majestuoso edificio que actualmente preside la imponente Plaza Mayor de Villanueva de los Infantes.

Tuvo el privilegio de ser sede del Vicario del Campo de Montiel por mandato del Rey Felipe II desde el año 1537 hasta el 1875.

El edificio es de planta de cruz latina, dividida en tramos cubiertos por bóvedas de crucería, y capillas laterales. En el interior se aprecia una síntesis de estilos artísticos.

Debemos destacar sus tres portadas, dos platerescas atribuidas a Francisco Luna, yerno de Vandelvira y la principal clasicista realizada por Francisco Cano. Ésta se enmarca por un profundo arco de medio punto, posee dobles columnas dóricas sobre plinto que soportan un entablamento que a su vez sirve de base a un templete de columnas jónicas y frontón partido con el escudo de los Austrias y figura de San Andrés con la cruz aspada. Se fecha en 1612.

De estilo gótico, la capilla perteneciente a los Caballeros de la Orden de Santiago del año 1593, la capilla funeraria de los Bustos, capilla cubierta con bóveda de estrella gótica dedicada a la Santa Cruz. En esta capilla funeraria estuvo enterrado durante 150 años Don Francisco de Quevedo según cuenta el cartel del lugar, Capilla de Santo Tomás del año 1668, y Capilla del Santísimo de 1670.

La torre es de la segunda mitad del siglo XVII, y está dividida en cuatro cuerpos decrecientes en altura. Esta torre tuvo que ser reconstruida después de que ardiera por una chispa eléctrica en 1683.

En 1955 se descubrió una cripta de gran interés datada en 1646, realizada en honor de Santo Tomás. Su púlpito es un bello ejemplo plateresco totalmente recubierto de relieves en sus cuatro caras, con ánforas, ave fénix, esfinges.

Los restos de Quevedo permanecieron en la cripta de los Bustos hasta el año 1795, cuando fueron trasladados a una fosa común dentro de la misma iglesia y que se encuentra en una cripta bajo la Sala Capitular.

En el año 2007 los restos de Quevedo después de ser identificados por un equipo de once investigadores de la Escuela de Medicina legal de la Universidad Complutense de Madrid, regresaron a la cripta de la Iglesia en la que originariamente fue enterrado en 1645.

Los restos del insigne escritor del Siglo de Oro fueron depositados en una urna de forja junto al estudio de identificación realizado por un equipo de la Escuela de Medicina Legal de la Universidad Complutense de Madrid, varias monedas de curso legal y un acta de depósito firmada por el Consistorio infanteño, la Iglesia y el notario de la localidad manchega.

Los huesos pertenecientes a Francisco de Quevedo, dos fémures, una clavícula, un húmero y seis vértebras, fueron recuperados de entre centenares de restos de hasta 167 sujetos, que yacían en la cripta. Puesto que no existía una muestra patrón del fallecido o de descendientes suyos, la clave para la identificación la tuvo la cojera que padecía el escritor.

Francisco de Quevedo falleció el 8 de septiembre de 1645 en el Convento de Santo Domingo de Villanueva de los Infantes. Aunque él había mostrado su deseo en el testamento de descansar en la iglesia de Santo Domingo el Real de Madrid, los parroquianos de Villanueva, encabezados por el vicario, determinaron que sería inhumado en el mausoleo que la familia Bustos poseía en la iglesia de San Andrés Apóstol.

El convento de Santo Domingo de Villanueva de los Infantes sigue en pie y en él se conserva la celda en la que pasó sus últimos días de vida.

A finales del año 2013 se realizaron obras de rehabilitación y consolidación de la Iglesia se ejecutaron en dos fases en la primera se arreglaron las cubiertas y cornisas y se colocaron canalones para prevenir el deterioro de la piedra arenisca y en la segunda fase, se restauraron los elementos ornamentales.

(Fuente: Rutas con Historia)

Fachada Sur.-

Fachada de estilo clasicista, con un profundo arco de medio punto sobre pilastras jónicas con la heráldica de la Orden de Santiago en el fuste, que acoge la portada escurialense, con dobles columnas dóricas sobre pedestales flanqueando el arco de medio punto central. La parte superior es un edículo entre pináculos herrerianos con columnas jónicas, leyendas y una hornacina central con la imagen de San Andrés. En la zona alta el frontón triangular se parte para situar el escudo de los Austrias. Esta portada es debida a Francisco Cano. Otros elementos de la fachada principal son la torre, a la izquierda de la portada, y la Casa Rectoral a la derecha. La torre pertenece a la segunda mitad del siglo XVII, concretamente se finalizó en 1683, y se levanta con cuatro cuerpos decrecientes en altura. El inferior almohadillado en las esquinas, y los superiores con vanos cuadrados y escudos de Santiago. El cuerpo de campanas tripartito, con arcos de medio punto entre pilastras toscanas, muestra los laterales cegados.

La portada de la iglesia la inició Francisco Cano en 1611 cobrando por las trazas 210 reales y estipulando un sueldo anual de 20.000 maravedís al año. Francisco Cano murió en 1614 con la obra inacabada, por lo que tuvo que continuarla el maestro cantero, también vecino de Villanueva de los Infantes, Juan Ruiz Hurtado, quien la finalizó en 1617. La fachada de la iglesia y la casa rectoral conforman uno de los laterales de la plaza mayor como espacio barroco de la ciudad. Debajo del arco cimbra se sitúa la puerta de acceso al templo y encima de este elemento hay una escultura de San Andrés realizada por Francisco Cano. Dos placas de mármol negro tienen la inscripción que fechan la actuación en 1612. La obra será continuada por Juan Ruiz Hurtado que había trabajado con Francisco Cano al que le seguirá su hijo Juan Ruiz Hurtado el Joven que rematará la parte superior con una balaustrada de piedra en lugar de la de madera inicialmente proyectada. Se configura así un alzado del templo que ve las adicciones y modificaciones de su frente como elementos que enriquecen y hacen más atractiva su presencia.

En el interior se aprecia una síntesis de estilos artísticos. Es un proyecto gótico de una sola nave, dividida en tres tramos cubiertos por bóvedas de crucería que arrancan sobre pilastras fasciculadas con cardinas, que se remata con un presbiterio poligonal. Las techumbres de estrella son de una gran riqueza constructiva y decorativa. El molduraje de nervios, terceletes y ligaduras se completa con la talla de las claves, tanto la central como las secundarias, con rosetones en la del primer tramo y un complejo programa iconográfico en el segundo, coincidente con las entradas laterales, donde aparecen desde los atributos de San Andrés a los de la Pasión, pasando por cruces de Santiago, inscripciones IHS o querubines sobre ménsulas en los arranques.

Entre los espacios laterales destaca la capilla bautismal situada a la derecha del primer tramo, coincidiendo el espacio con la base de la torre. Se abre con una portada clasicista con pilastras dóricas que enmarcan un arco de medio punto, sosteniendo un entablamento con triglifos y metopas en el friso.

A la derecha del tercer tramo se abre la capilla de los Caballeros de la Orden de Santiago cubierta con una bóveda esquifada. Su portada está muy deteriorada, distinguiéndose dos putti policromados sosteniendo la heráldica de la Orden de Santiago.

En la parte izquierda del mismo tramo se abre una capilla cubierta con bóveda de estrella gótica, que era la capilla funeraria de la familia del Busto, en cuya cripta estuvo enterrado durante 150 años D. Francisco de Quevedo. Tras distintos avatares de sus restos y una vez identificados por la Escuela Legal de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid han sido depositados de nuevo en el lugar de su primer enterramiento, en mayo de 2007. En su interior se conserva una Hornacina gótica que alberga una imagen de Dolorosa y un lienzo con el Entierro de Cristo. Junto a la capilla de los Busto aparece una hornacina renacentista de gran interés con decoración de candelieri y grutescos en el intradós del arco que alberga un crucificado. Después está el púlpito plateresco, una de las joyas de la iglesia, obra de mármol del siglo XVI, al que se accede por una escalera incrustada en el muro. Es de forma hexagonal, con pilastras que separan cada lado con candelieri en el fuste y esfinges entrelazadas, acanto, cabezas de león y aves fénix en los distintos capiteles.

Posteriormente, en el siglo XVII siguiendo la moda de planta de cruz latina impuesta por el espíritu de la contrarreforma, se añadieron las dos capillas laterales que se conforman con bóvedas de media naranja sobre un pequeño tambor y pechinas. La de la izquierda es la del Santísimo, cuya bóveda presenta una espléndida decoración de yeserías barrocas con pinturas al fresco recientes y se completa con un retablo barroco dedicado a Santo Tomás de Villanueva, patrón de la ciudad. La de la derecha es la de Santo Tomás, que da acceso a la Sacristía, y está decorada con Apostolado en la bóveda y con un programa iconográfico de evangelistas en las pechinas.

La capilla mayor es poligonal, presentando un retablo en piedra, enmarcado por un arco ojival, con imágenes de Cristo, la Virgen y San Juan. El espacio se completa con el titular de la iglesia, San Andrés, medallones de San Pedro y San Pablo y un par de lienzos.

Otra cripta está situada bajo la Sala Capitular y fue inaugurada en 1646 en honor a Santo Tomás de Villanueva. Tiene planta rectangular con bóveda de medio cañón y está presidida por un interesante retablo de piedra con un relieve representando a Santo de Villanueva repartiendo limosna. 

Fachada Norte y Oeste.-

La Portada Norte o de la umbría, es plateresca con arco de medio punto entre pilastras y columnillas. El conjunto exhibe un interesante programa de candelieri y grutescos, destacando el busto de San Andrés entre grifos en el friso y la cruz de Santiago en la clave. En el tímpano en forma de venera, referente evidente a la orden de Santiago, aparecen angelotes que sostienen la cruz de San Andrés.

La Portada Oeste o de poniente tiene doble puerta, grutescos con heráldica de Santiago y San Andrés y un tímpano con venera que marca el arco ciego de la parte superior. El conjunto está enmarcado por dobles hornacinas superpuestas. El frontón triangular superior enmarca un Pantocrátor. El óculo con decoración renacentista no coincide con la clave del frontón, podría ser el resto de la portada gótica que presumiblemente concluyó el primer proyecto de la parroquia.

La construcción de estas portadas se le atribuyen a Francisco de Luna, suegro de Andrés de Vandelvira. Es de reseñar la relación existente entre estos dos personajes, tanto la obra de estas dos portadas, como la torre, así como la desaparecida fachada del Convento de San Francisco estarían en la órbita del maestro de Alcaraz.

Parroquia de San Andrés Apóstol

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Interior y exterior de la Parroquia

La Casa Rectoral.-

Francisco Cano era vecino de Infantes e influyó de manera decisiva en la arquitectura local y de todo el Campo de Montiel. Probablemente era pariente del escultor Miguel Cano, padre de Alonso Cano, oriundo de Almagro y nacido en Almodóvar del Campo. Un hombre con una formación culta que conocía los tratados de arquitectura del momento como el libro de Serlio. La Sacristía o Casa Rectoral contigua al ábside de la iglesia es uno de los edificios más italianizantes de la obra de Francisco Cano y de todo el conjunto monumental de Villanueva de los Infantes. La planta inferior tiene tres huecos como una logia abierta, que serán cegados posteriormente dejando una puerta en el central. En el segundo cuerpo hay un balcón corrido con tres puertas clásicas que se rematan superiormente con frontones triangulares. Era el espacio desde el que el poder religioso asistía a las celebraciones religiosas y festivas de la plaza. El tercer cuerpo está proyectado como una logia con cinco arcos de medio punto sobre columnas. El conjunto se remata superiormente con un frontón triangular con un óculo central y la cruz de Santiago y dos grupos de dos bolas en ambos extremos.

En la esquina del edificio se sitúa el escudo de la ciudad dando la vuelta a la otra fachada que repite el esquema de las tres plantas con mayor sencillez. Se conforma así un volumen de piedra arenisca que armoniza, con ligeras diferencias de coloración, con el conjunto de la iglesia y que establece un acento singular en el conjunto y en su presencia urbana, asomándose a la plaza principal de la ciudad. Un volumen de dimensiones reducidas comparado con el conjunto de la iglesia pero que en esa proporción establece un contraste capaz de dialogar y enriquecer el conjunto.

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Alzado, planta y perfil

Iglesia Parroquial de San Andrés Apóstol, Villanueva de los Infantes

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